Vistas de página en total

domingo, 14 de octubre de 2012

INFANCIA EN BLANCO Y NEGRO


Exposición de fotografías "Más que niños" de F. Ontañón.

Sí, los reconozco, no tengo ninguna dificultad para reconocerme en ellos, para que acudan raudas a mi memoria imágenes y recuerdos de aquella España en blanco y negro, aquella escuela monocorde, monótona, de métodos duros y mano dura, de repetición machacona de las tablas de multiplicar y misa obligatoria los domingos; acudíamos al colegio y desde allí, formando fila, callados y disciplinados y tristes nos dirigíamos a la iglesia a escuchar pacientes y resignados la santa misa. Pero ya entonces, a pesar de tanto control y vigilancia, el germen de la rebeldía y el ansia de romper los límites impuestos bullía en nuestras atemorizadas almas, y es así que algunos encontramos la forma de deslizarnos hacia la parte trasera del sacro edificio por las naves laterales para desde allí alcanzar el atrio, donde sentados en un rincón semioculto encendíamos un cigarro que iba pasando de mano en mano hasta que nos sentíamos enfermos y mareados pero felices, un poco más libres.
Antes de salir desde la escuela hacia la iglesia, el maestro pasaba lista. Aquellos que no se habían presentado recibían algunos contundentes sopapos además del correspondiente castigo y la general reprobación el lunes por la mañana. Todo transcurría en un ambiente de prohibiciones, de obligaciones ineludibles, de múltiples y variados temores. La regla generalmente aceptada era esa tan conocida de que la letra con sangre entra, aunque no sólo la letra, la disciplina, la religión impuesta, la historia vilmente contada y tergiversada, la épica y altisonante y ramplona poesía de los vencedores, la noción y el concepto de patria por encima de los conceptos de persona y de dignidad...
Aún así leímos a los poetas prohibidos, accedimos a los libros que sin dudar hubieran quemado, llegamos a amar más la libertad que aquel destino de peones silenciosos y obedientes que los salvadores habían diseñado para nosotros.
¿Para qué entonces tantos años de sufrimiento, tantos años de infancia y escuela en banco y negro?